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30 sept 2014

El valor de la felicidad

Edith Macefield es el nombre de la anciana de 84 años que no le puso precio a su felicidad y a sus sentimientos, al rechazar una jugosa oferta por un millón de dólares para vender su casa, ubicada en la zona donde una gran compañía construiría un gran centro comercial que posteriormente acabaría con su vecindario.  A pesar de que sus antiguos vecinos aceptaron la oferta de vender en la zona que deseaban los dueños del centro comercial, Edith rechazó cada una de las ofertas que le hicieron y ni siquiera un millón de dólares la hicieron cambiar de idea sobre su propiedad. Los contratistas encargados de la obra tuvieron que alterar su plan  de construcción ubicado en Seattle, Washington, para construir el gran centro comercial que ahora rodea la casa de Edith.

Considerando que esto fue una gran hazaña, Edith a sus 84 años fue vista como una especie de heroína, teniendo en cuenta que no se dejó comprar y de paso, dejó claro que el dinero no lo compra todo en esta vida. Posiblemente, si al ver la casa se te hace familiar, es porque se parece mucho a la que aparece en la película animada de Pixar, UP. Incluso se ha llegado a pensar que Pixar se inspiró en ella para hacer esta producción.
La historia de la anciana de 84 años se hizo pública por primera vez en el año 2006, cuando Edith se rehusó a cambiarse de casa y rechazó todo tipo de ofertas por parte de los encargados de construir el mall en el barrio Ballard.Al ser la única propiedad en quedar en el lugar, ella tuvo que ver como su vecindario cambió drásticamente y en el año 2008 murió después de llegar a sus 87 años.  Pero la bondad y las sorpresas por parte de Edith no pararon ni con su muerte, al conocerse la noticia de que por herencia, le dejó la propiedad a Barry Martin, el jefe de la construcción del edificio adyacente, con quien se asegura que formó una gran amistad.
De acuerdo con muchos rumores, Barry fue el encargado de ayudar a Edith después de que le diagnosticaran cáncer de páncreas. Él la cuidó y la llevó al hospital hasta que lamentablemente la anciana falleció.Desde entonces, la casa ha sufrido algunas remodelaciones, como en sus paredes y ventanas.
Actualmente se conocen algunos planes sobre la construcción de una plaza pública en memoria de la integridad y valentía de Edith, con el fin de que su historia y su valor sean conocidos por todas las personas en el mundo.
La historia de Edith es todo un ejemplo de vida, que enseñó que el dinero no puede comprar todo cuando hay un valor sentimental de por medio. Mientras pudo vivir, Edith defendió sus intereses y el amor por su casa, sin ponerle precio a pesar de ser la única en negarse a vender. Después de su muerte siguió enseñando, tras dejar claro que sus intereses económicos nunca tuvieron nada que ver con la decisión y que, posiblemente, lo único que deseaba era vivir los últimos años en la casa donde seguramente construyó los mejores recuerdos de su vida.

Wikipedia consigna de ésta manera a la señora Macefield

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